Cincuenta años disparando, cincuenta años acudiendo a su cita matutina con la imagen de la Carmelitana en el Prao del Molín, y otro tanto con su barrica móvil de vino recorriendo las calles canguesas.
Fueron sus fundadores los artífices de la tirada que tiene lugar cada mañana del 16 de julio, tirada que sonó por primera vez en 1970, cuando la procesión llegó a la plaza del Conde Toreno, a las almenas, y se volvió hacia el Cascarín para recibir su homenaje
Y por todo ello, la Sociedad de Artesanos les hizo una petición antes de entregarles su Medalla de Oro: “Seguid así, manteniendo vivas las tradiciones, inculcando a vuestros hijos y nietos vuestra historia, vuestra devoción por la Virgen del Carmen, por la pólvora, por el vino en cachu”.
Uno de los socios fundadores, Sandalio Gurdiel, fue el encargado de recibir la Medalla de Oro de la mano del presidente, Luis Martínez.
Discurso entrega Medalla de Oro 2020
Corrían los años 60 y un grupo de amigos buscaba acomodo en El Sotero, era la noche del 15 de Julio, la sed apretaba y el vino era requerido… pero no de cualquier manera, debía ser servido en Cachu… no en porrón o en vaso, en cachu. Y de aquella peculiar manía de pedir el vino en el Sotero, a este grupo de amigos les quedó el apodo de… “los del cachu”.
Y fueron estos mimbres los que con el paso de unos años, daría lugar a la consecución de un grupo de amigos en peña. Concretamente en 1970 nace la Peña El Cachu, sí, la de las camisas verdes… y os preguntaréis porque el verde, ¿por los prados asturianos?, ¿por los ojos de una canguesina?… NO. Porque Sandalio era el único color que tenía para tantas camisas aquella madrugada. Nace así el VERDE EL CACHU.
Ese mismo año de fundación deciden empezar, como no podía ser de otra manera, a honrar a la Virgen como hacemos en Cangas, con pólvora. Por aquel entonces la mayoría de peñas existentes quemaban sus disparos en la víspera del Carmen, como sería el Cachu el encargado de despertar y acompañar a la Virgen en en su camino a la Plaza de la Oliva. En los inicios tirando a la llegada de Virgen al centro del puente romano, para más tarde pasar a hacerlo a su llegada a las almenas, tras el ascenso por la calle Arrastraculos, de la que muchos de sus integrantes habían sido vecinos.
Su escudo, refleja la identidad del grupo, dos manos unidas que estrujan un racimo sobre un cachu lleno de vino. El carácter integrador de una peña, de un grupo de amigos que han visto pasar a tres generaciones, el arraigo por la tierra reflejado en el vino, ahora señal de identidad de la comarca.
Al inicio celebraban sus cenas en el solar que Lito tenía en los bloques del Carmen, y que tras su edificación trasladó a esas camisas verdes cual peregrino se tratase a la carretera del Acebo. Lugar que nivelaron y adecuaron para pasar sus largas noches del 15 de julio.
Estos 50 años han dado para mucho, los más viejos se acordarán de las reuniones en El Cándido, del paseo matinal con la barrica… barrica de la cual, algunos de los presentes, aún en edad infantil mojamos nuestros labios en vino por primera vez, mientras perseguíamos el camión de Lito o El Majo..
Botellas de vino para financiarse, patrocinios cual equipo de futbol engalanando sus camisas e innumerables ingenios para costear tiradas y cenas. Cualquier idea tenía cabida en aquellas décadas de finales de siglo.
El Cachu junto con otras peñas fue partícipe en el nacimiento de la Federación de Peñas, que surgía como órgano regulador y apoyo de aquellas actividades, que por entonces, surgían en la villa dándole a estas fiestas el carácter jovial y hospitalario que las caracteriza.
Las generaciones se fueron sucediendo, y los que un día crearon la peña, ven ahora con orgullo a sus hijos y nietos, seguir manteniendo la tradición, de homenajear a la Virgen del Carmen el 16 de Julio, cada año, cada mañana.
No quiero acabar estas líneas, sin acordarme de los que ya no están, porque ellos son historia de la peña y la peña lo ha sido de sus vida. Compañeros que ayudaron a crear los cimientos de lo hoy es el Cachu, y que seguramente, desde el cielo, estarán orgullosos de recibir hoy tan especial galardón.
Seguir así, manteniendo vivas las tradiciones, inculcando a vuestros hijos y nietos vuestra historia, vuestra devoción por la Virgen del Carmen, por la pólvora… por el vino… en CACHU!!
A todos los que fuisteis, a todos los que hoy sois El Cachu, ENHORABUENA por esta medalla de oro
¡¡VIVA EL CACHU!!
¡¡VIVA LA SOCIEDAD DE ARTESANOS!!
¡¡VIVA LA VIRGEN DEL CARMEN!!
En Cangas del Narcea a 7 de Julio de 2020
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