«Una persona cercana, cordial y solidaria, que lleva a Cangas del Narcea muy dentro de su corazón. Y no solo para disfrutar con legítimo orgullo cuando el nombre de Cangas aparece en positivo, sino también, y más importante, para arrimar el hombro y colaborar cuando es necesario para que esos éxitos lleguen».
Así describía el secretario de la Sociedad de Artesanos Nuestra Señora del Carmen, Mario Vázquez, a José Luis Menéndez, ‘José Treito’, galardonado con la Medalla de Oro 2015 de la entidad, durante el acto de entrega celebrado anteanoche.
La junta directiva, presidida por Juan Fernández, ya decidió hace unas semanas otorgar el premio al conocido constructor cangués para agradecerle «su cariño y colaboración desinteresada» durante años, no solo con la Sociedad de Artesanos, sino con todo lo relativo a La Descarga.
Ante cualquier petición «siempre hemos sido recibidos con una sonrisa, un sí inmediato y un gesto de faltaría más, como si todas estas cosas no tuvieran importancia», recalcaron.
Además de su participación como socio, la entidad ha destacado su ayuda tanto en temas de logística y materiales como en la cesión de espacios para las actividades de la Sociedad.
De hecho, apuntaron durante la entrega, en los vehículos de su empresa «muchas veces viajaban más sacos de voladores que de cemento o más hierros de máquinas pirotécnicas que de andamios; y las mesas y bancos de la Sociedad han pasado más tiempo en sus talleres, curándose de las heridas sufridas en la cena del día 15 y de la Jira, que cubiertas de manteles».
Los agradecimientos también se extendieron por la cesión de un local como almacén y lugar de reunión antes de la inauguración de la nueva sede social de los artesanos de Cangas.
Uno de los inconvenientes de hacer un discurso sobre un amigo es que tienes que hablar bien de él teniéndolo delante, lo que es un poco incómodo. La ventaja es que no necesitas documentarte para hacerlo. No necesito preguntar para saber que José Luis Menéndez Fernández, Jose el Treito, es una persona cercana, cordial y solidaria, ya era así cuando estaba en el Instituto de la Vega. Sé que lleva a Cangas muy dentro de su corazón y no sólo para disfrutar con legítimo orgullo cuando el nombre de Cangas aparece en positivo donde quiera, sino, también y más importante, para arrimar el hombro y colaborar cuando es necesario para que esos éxitos lleguen.
Y esto es más notorio, si cabe, cuando se trata de la Sociedad de Artesanos y de la Descarga. Además del cariño y de la participación en nuestras actividades como socio, siempre hemos podido contar con su ayuda inmediata y desinteresada. En el Land Rover de su empresa, algunas temporadas, viajaban más sacos de voladores que de cemento, más hierros de máquinas que de andamios y las mesas y bancos de la Sociedad han pasado más tiempo en sus talleres, curándose de las heridas sufridas en la Cena del 15 y la Jira, que cubiertas de manteles; de hecho, algunas de ellas fueron hechas allí, cuando las anteriores resultaron insuficientes. Durante los últimos años, incluso antes de la inauguración de nuestra flamante nueva sede, hemos dispuesto gracias a su hospitalidad de un sitio en el que reunirnos y guardar nuestras cosas.
Siempre que nos hemos acercado a él con una petición, hemos sido recibidos con una sonrisa, un “si” inmediato y un gesto de “faltaría más”, como si todas estas cosas no tuvieran importancia. Pero sí que la tienen, las personas que están a tu lado cuando hace falta sin pedir nada a cambio son muy importantes y la Sociedad de Artesanos quiere reconocerle a D. José Luis Menéndez Fernández, a nuestro amigo Jose el Treito tantos años de colaboración desinteresada con esta medalla de Oro 2015 que el Presidente le va a entregar ahora.
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